AUTÉNTICOS HÉROES

Hoy, 21 de Marzo, Miércoles de sol, de que comience la primavera, de los días de campo, de las esperas para el verano, de que florezcan las flores, de aromas, de calor y el revoloteo incesante de las mariposas. Un Miércoles especial, un día dedicado a personas auténticas y únicas. 21 de Marzo es el día del Síndrome de Down, y ¿qué más bonito que ellos? ¿que aquellas personas que nos demuestran cada día una lucha y una constancia incesante? ¿qué más bonito que dedicarles a ellos un día así? A ellos que se lo merecen más que nadie; por no rendirse, por ser siempre las únicas personas que tienen una sonrisa en la cara.
El Síndrome de Down no es una enfermedad. El efecto que la presencia de esta alteración produce en cada persona es muy variable. Lo que sí podemos afirmar es que una persona con Síndrome de Down tendrá algún grado de discapacidad intelectual y mostrará algunas características típicas de este síndrome. Las personas con Síndrome de Down muestran algunas características comunes pero cada individuo es singular, con una apariencia, personalidad y habilidades únicas.
El Síndrome de Down no es una enfermedad, esa persona tendrá aficiones, ilusiones y proyectos, podrá abrazarte y hablar para decirte que te quiere, podrá ir al colegio, aprender a escribir, viajar, descubrir mundo, montar en bici y trabajar. Podrá ganar su dinero, ser independiente y vivir solo; de hecho es lo que quieren, hacer las cosas de forma autónoma, ser tratados como lo que son, personas libres y autosuficientes., sin que nadie les diga como y cuando tienen que hacerlo, que seamos capaces, entre todos, de darles la autonomía que se merecen y que tanto desean.
Aprendemos de ellos, de su lucha, de su manera de mirar el mundo, aprendemos de sus primeras veces, de su capacidad. Nos sorprendemos con su inteligencia, con su rapidez, nos sorprenden día a día demostrándonos que son capaces de conseguir sus metas, que son capaces de todo, que consiguen lo que se proponen y que callan a los que no confían en ellos. Llegan donde no nos pensamos que llegan y tienen una sonrisa contagiosa.
Luchemos entre todos para que puedan actuar como el resto, para que tengan los mismos recursos, para que nadie les mire de manera distinta, como algo desconocido; seamos nosotros los primeros en darles la oportunidad que se merecen, confiando en sus habilidades, en su manera de enseñarnos a superarnos. Perderíamos muchísimo sin personas con Síndrome de Down. Tienen que luchar para el futuro, para triunfar, para hacer de todo.

Son alegría, superación.