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Investigadas tres trabajadoras de un colegio de Getafe por supuesto maltrato a un niño con autismo.

 "Dos profesoras y una auxiliar de enfermería del centro de educación especial Ramón y Cajal de Getafe están siendo investigadas por el Juzgado de Instrucción número 1 de la localidad por un posible caso de maltrato a un alumno de ocho años con autismo. Los padres del menor le escondieron una grabadora entre la ropa al detectar que había cambiado su forma de actuar. Eso les permitió descubrir que las investigadas amenazaban con tirarle agua por encima o pincharle en el culo. También se burlaban de su forma de hablar".  

Esto es con lo que nos despertamos la pasada mañana, un noticia en la que un niño con autismo que se trata de una alteración que se da en el neurodesarrollo de competencias sociales, comunicativas y lingüisticas y, de las habilidades para simbolización y la flexibilidad, recibe malos tratos por parte de tres de sus cuidadoras en el centro al que asiste. 

El niño había pasado por distintos centros pero en ninguno de ellos había tenido problemas, o quizás jamás se había enfrentado con dos/tres personas que ejercieran su profesión de una manera tan descabellada, sin vocación, sin respeto y sin educación. Personas mayores que amenazan, ridiculizan o intentar minorizar al pequeño son personas sin escrúpulos, sin un mínimo de consideración, personas que no se merecen estar al cargo de otras, porque ya no de niños, esas personas no merecen que vuelvan a ser puestas en confianza de nadie para cuidar a otra persona. Vergüenza que en profesiones como estas, de vocación, de dedicación, de ayuda, existan personas que no lo tengan, que no sean capaz de cuidar al otro. 

Las personas con autismo y con discapacidad pueden ser más vulnerables. Este tipo de situaciones de acoso o maltrato pueden acarrear consecuencias muy perjudiciales para los menores. Sus padres dejan a su hijo en un centro especializado con la idea, porque visto lo visto no la certeza, de que va a ser cuidado de la mejor manera posible, creen que lo dejan en buenas manos y de repente, te sorprenden, tu hijo está siendo acosado o maltratado, creo que no hay derecho para esto, para que niños, jóvenes o adultos sean tratados de dicha manera, ni por ser autista ni por no serlo, todos y cada uno de nosotros somos iguales y como iguales que somos pedimos que se nos trate de la misma manera.